"LA BANDA BOCHINCHERA"
Tomás (batería y arreglos musicales) Victoria (guitarra y caprichos) Facu y Santi (coros)
Plomo: Joaquín
La consigna era clara: pasarla bien. Para despedir las vacaciones de invierno y sumando a la tradición familiar una nueva fecha de encuentro, la tía Marti convocó a una primada con fecha 30 de julio. Piyamas incluídos.
La convocatoria fue bien recibida y hubo tiempo para todo: banda bochinchera, taller de arte, Cine club, chocotorta y desfile a la medianoche.
Facu y Santi se quedaron con las ganas de traer el piyama, tanto que arreglaron con su niñera para que se pegue el faltazo al otro día, así a su mami no le quedara otra que volverlos a traer a la festichola. Picarones.
La anfitriona Victoria fue la única que se mostró por momentos fastidiosa, no sabemos si
Tomás se aseguró el puesto de baterista en la banda y el pequeño Joaquín el de plomo ya que era el encargado de revolear todos los instrumentos que Toto ordenaba una y otra vez. Los mellizos ganaron en la categoría cantantes.
Maru, Mile y Agus aprovecharon una vez más para cuchichear cosas de chicas y eligieron una película romántica para ver antes de dormir. Luego protagonizaron el Desfile de piyamas, como cierre a la medianoche y armaron campamento en el living. Al día siguiente colaboraron con el orden de la casa y fueron de ayuda invalorable en el cuidado y entretenimiento de los menores. Pasadas las 24 hs. a Maru y Agus se les notó apenas el cansancio y a pesar de haber pasado un día genial huyeron raudamente ni bien escucharon los pasos de su madre.
Facu y Joaco se llevaron de souvenir un par de grados de fiebre pero ¡Quien les quita lo bailado!
La primada fue un éxito. Todo lindo. Puro corazón. Al verlos jugar y ser ellos mismos tan libremente me queda el sabor de verlos felices y un claro sentimiento de que “no podrían estar mejor”.
¡Hasta el año que viene!

La primada fue un éxito. Todo lindo. Puro corazón. Al verlos jugar y ser ellos mismos tan libremente me queda el sabor de verlos felices y un claro sentimiento de que “no podrían estar mejor”.
¡Hasta el año que viene!